Una vez más, y como tantas otras veces, el mercado se anticipó a los datos. Lo hizo allá por fines de febrero donde comenzó a corregir fuertemente cuando aún el Covid-19 no era un problema en Estados Unidos. Por ello, y dada la velocidad y violencia de dicha corrección, cuando los casos comenzaron a aumentar significativamente, el mercado ya había marcado mínimo y desde ahí rebotaba.
Luego vino un pequeño impasse, en la zona de 2.650, donde el SPX comenzó a mirar con cautela la tasa de crecimiento en los casos. La misma se estabilizó y comenzó a caer, lo que motivó un segundo rally alcista en acciones. La principal alerta vino en la zona de 3.200 dólares, no sólo por el natural descanso que amerita el fuerte salto en el índice (la suba entre 2.800 y 3.200 fue muy violenta), sino que el dato de nuevos casos diarios dejó de caer y se mantuvo en torno a los casi 20 mil nuevos contagios.
A partir de allí el SPX comenzó una nueva corrección que lo llevó a testear, en varias ocasiones, el soporte de los 3.000 dólares. Esto se dio primero, sin el salto de “segunda ola” en los casos. Una vez que este indicador reaccionó y alcanzó a duplicar la frecuencia (llegamos a 40 mil casos diarios), el SPX lateralizó entre 3.000 y 3.100. Lo que esto significa es que el mercado ya priceó esta duplicación de casos y está a la espera de ver si 40k diarios en Estados Unidos fue el tope o si tenemos que esperar un nuevo máximo en la expansión del C-19. Pero como el mercado anticipa: con el estado actual de los índices podemos decir que hoy nadie está anticipando más casos. La lectura del mercado parece ser: ya alcanzamos el máximo de la “segunda ola”, volvemos al sendero de recuperación económica y en el precio de los activos financieros.
¿Esto tiene necesariamente que ser así? No, en absoluto. El mercado anticipa y siempre tiene razón, pero en el mediano-largo plazo. A ciencia cierta, en el corto plazo los datos de contagio pueden contradecir lo que el mercado espera y, en ese escenario, enfrentaríamos una fuerte corrección. De hecho, este miedo explica también por qué el mercado no despega pese a considerar que los contagios están en máximos. Justamente, todos estamos a la espera de una señal que certifique si la “segunda ola” terminó o recién comienza.