Sí. Mal que pese: todo aquello que el mercado estaba a la espera de resolver no será sino hasta comienzos del 2021. Esto se debe principalmente a que, si bien J. Biden ya sacó una ventaja irrecuperable (e incluso poco judicializable también), los demócratas no hicieron la elección que esperaban y la “ola azul” que prometía devolverles el poder sobre el Senado no se materializó. Con los números actuales cada partido mantendría la mayoría que tenía en cada cámara previo a la elección: los demócratas manejan la cámara baja y los republicanos la alta.
¿Por qué el 5 de enero? Porque es la fecha en la que se realizaría la segunda vuelta en el estado de Georgia para definir sus dos bancas. Recordemos que en el senado cada estado tiene 2 representantes de los 100 que integran la cámara. Con los números actuales cada partido tendría 48 representantes, 2 son independientes y 2 restan definirse en Georgia. El problema es que en dicho estado la victoria debe materializarse con un porcentaje de votos superior al 50% y en ninguno de los dos casos el candidato ganador lo logra, por lo que ambas bancas van a tener que definirse en una “segunda vuelta”.
Lo clave de esta nueva contienda estadual es que los resultados definirán qué partido maneja el senado: si los demócratas logran 2 bancas pasarán a controlar el ejecutivo y el legislativo (completo), mientras que si no logran dichos escaños serían los republicanos quienes se queden la cámara alta pudiendo poner límites a la gobernabilidad del nuevo presidente electo.
Mirando más en detalle los dos partidos tienen una ventaja: los republicanos van adelante y se inclinan a ganar las segundas vueltas, pero los demócratas podrían mejorar de cara a dichos comicios porque todos los votantes saben que ahora esa elección no es sólo local, sino que define el futuro del congreso nacional. Aún más, los demócratas saben que igualando en cantidad de senadores con los republicanos tienen la ventaja de que Kamala Harris (futura vicepresidenta) presidirá la cámara y definirá votaciones en caso de empates.
Ahora, volviendo a lo que el mercado le preocupa: un gobierno sin mayoría en ambas cámaras luce algo problemático, pero históricamente ha sido favorable. Más cuando el gobierno estaba en control de un presidente demócrata.
El único tema pendiente es la aprobación de un segundo paquete de estímulos fiscales. Algo que ambos partidos negociaron durante todo el año, pero sin lograr acuerdo. Si los republicanos mantienen la mayoría en el senado podrán, entonces, bloquear cualquier paquete fiscal que exceda los límites que ellos consideran apropiados.
Si bien la gestión de Trump realizó una última oferta en 1,8 trillones, la cual fue rechazada por los demócratas, el bloque de republicanos en el senado es aún más duro y, con la inminente salida de la vacuna contra el Covid-19, naturalmente argumentarán que se necesitan menos estímulos. Según declaraciones públicas de algunos senadores, hoy los republicanos no votarían nada superior a USD 1 trillón e, incluso, su propuesta rondaría sólo entre USD 600 y 850 billones. El desenlace de esta historia política será a lo que el mercado americano preste mayor atención y la misma no tendrá resolución al menos hasta el 5 de enero del 2021.