El año 2020 fue un año particular para todos. También para los mercados. La irrupción del virus, su diseminación por todo el globo y el terror a lo desconocido desencadenó una serie de reacciones económicas muy violentas y particulares. Las cuarentenas golpearon fuerte la actividad y el empleo a nivel global y la reacción del mercado a estos sucesos fue, como siempre, magnificarlos. Sin embargo, si tuviéramos que realizar un breve repaso por los sucesos bursátiles más relevantes del 2020 hay, al menos, 3 situaciones que se destacaron por sobre el resto.
1. El barril de petróleo cotizó a valores negativos
Si bien se puede discutir el nivel de particularidad, gravedad o importancia de cada suceso que mencionaremos a continuación. Sin dudas, el más peculiar de todos fue la estrepitosa caída del precio del petróleo a fines de abril. El mismo llegó a cotizar al día del cierre del contrato en valores negativos: sí, los compradores te pagaban para que no entregues los barriles. Veamos un poco más en detalle la dinámica.
Para empezar, vale destacar que, ante la imposición estricta de la cuarentena en casi todo el mundo, la demanda internacional de petróleo cayó fuertemente generando un marcado exceso de oferta global de crudo que presionó a la baja los precios internacionales de referencia. La mayoría de los grandes compradores se encontraron hacia fines de abril con los depósitos colmados de barriles y una buena cantidad extra de barriles “por llegar”. El petróleo, como la mayoría de los commodities, se negocia a través de contratos de futuros. En estos contratos el comprador y el vendedor se ponen de acuerdo hoy para realizar una transacción en el futuro. El punto es que esa transacción se acercaba y los compradores no tenía lugar para almacenar los nuevos barriles, por lo que empezaron a cancelar sus obligaciones. Esto lo hacen simplemente vendiendo el mismo futuro que compraron en el mercado de Estados Unidos (el NYMEX, para el caso del petróleo). De esta forma, al cerrar las posiciones evitan la entrega física de los barriles.
Sin embargo, al hacerlo todos de manera conjunta y sobre el día del cierre del contrato (que es cuando se liquida y se hace la entrega, no antes), el precio comenzó a bajar de manera estrepitosa. Su primera parada fue 0. Sí, los comprados vendían sus posiciones para evitar la entrega a un precio de 0 dólares por barril. Con los minutos, y para lograr tener prioridad en el cierre, los que pudieron ofrecieron precios de venta negativos. Y digo los que pudieron porque no todas las plataformas permitían cargar valores de venta negativos. Claro, el cálculo les indicaba que recibir los barriles tendría un costo de almacenamiento de 40 dólares por barril, por lo que todos estuvieron dispuestos a pagar hasta ese monto en ventas negativas con tal de cerrar la posición y evitar la entrega física.
De esta manera, el cierre del contrato de futuros de petróleo de mayo de 2020 se operó por primera vez en la historia a valores negativos, generando un escenario de pánico, confusión y colapso de los sistemas tradicionales y marcando el pulso de lo que sería el año. Sin dudas, el suceso más particular del año.
2. HALTs
Para los que llevan poco tiempo en la bolsa, la corrección de marzo debe haber sido un suceso bastante nuevo: fuertes bajas, interrupción de las negociaciones, saltos inusuales en la volatilidad, etc. Y, efectivamente, estos sucesos -si bien recurrentes- no suelen darse con tanta violencia y en tan poco tiempo. Para tener una idea lo rápido que sucedió todo, el mercado perdió más del 35% de su valor en sólo 30 días. Cuando se comparan estos valores contra cracks bursátiles anteriores como las “.com” o la “crisis subprime” se observa claramente que las pérdidas fueron más suaves a lo largo de los días, pero la crisis se extendió lo suficiente en el tiempo. En este caso no: en prácticamente nada de tiempo, el mercado perdió 1/3 de su valor.
Esto se dio debido a los saltos inéditos en la volatilidad intradiaria que durante algunas semanas hicieron muy recurrente los “halts de mercado”.
¿Qué es esto? Los mercados tienen regulaciones que establecen que si un precio sube o baja mucho durante la rueda se realizarán interrupciones de la negociación. La duración de las interrupciones va creciendo cuantos más halts haya en la rueda: el primer halt para todo el mercado se da con caídas del 7% para los índices líderes y dura 15 minutos; el segundo con variaciones del 13% (también dura 15 minutos) y si la variación supera el 20% el halt termina la rueda por el día, sea la hora que sea.
Durante la peor etapa de la corrección entre los meses de febrero y marzo, los halts eran recurrentes, las caídas en los índices superaban los límites a la baja y las negociaciones se interrumpían para evitar que continúen las “ventas de pánico”. Otro suceso muy particular que ayuda a mostrar lo que fue el mercado bursátil durante 2020.
3. Déficit fiscal record en Estados Unidos
Finalmente, elegimos como última situación destacada del año el déficit fiscal record acumulado por el Gobierno de Estados Unidos. Claro, las situaciones antes descriptas obligaron a los Estados y bancos centrales a intervenir en la economía de manera muy fuerte, para tratar de morigerar los impactos económicos de la cuarentena. Al respecto, todos los países fueron sancionando enormes paquetes de asistencia que dispararon los niveles de déficit fiscal y empujaron una consecuente emisión monetaria para alivianar los problemas de iliquidez del mercado.
El caso de Estados Unidos fue, tal vez, uno de los más destacados: con la sanción del primer paquete fiscal (CARES) por USD 2,2 trillones el déficit fiscal se disparó al record de 15 puntos del PBI. Una situación inédita, apenas comparable con los déficits registrados en la segunda guerra mundial y, al menos, un 50% por encima del déficit generado para recuperarse de la crisis subprime.
Si bien esto también ayuda a describir el año que tuvimos, vale destacar que con la aprobación de un segundo paquete fiscal por USD 900 billones y con la promesa de más estímulos a lo largo de 2021, es dable pensar que los déficits records vinieron para quedarse un largo tiempo.
En conclusión, esta breve selección de sucesos tiene el fin de resaltar que las situaciones de mercado tan particulares como las del año pasado son grandes fuentes de conocimiento, aprendizaje y crecimiento en la vida de los operadores. Todos aquellos que haya logrado subsistir financieramente al 2020 cuentan ya con un excelente nivel de conciencia sobre el riesgo de la operatoria y la versatilidad operativa que ello requiere para triunfar en este negocio.